miércoles, 19 de mayo de 2010

Lo que un día fue no será

Aunque se entiende perfectamente que evitar decir la verdad u ocultar información es una manera sutil de mentir, lo que no se entiende, a pesar de los años, es para qué.

La gente miente todo el tiempo, evita tener, hacer y decir cosas que serían, inevitables.

No me quedan claras las razones de manifestarse, no manifestarse, desaparecer, aplicar el fernando, una y otra vez, y lo peor, esperar a que las cosas sean diferentes.

Hace ya varios meses, hubiera esperado estas fechas con singular alegría, grandes espectativas, poniendo diferentes escenarios, buscando respuestas, planeando preguntas.

Mientras llegaba el día 0, que bien a bien se supo muy poco tiempo antes, el alma se fue relajando, la cabeza enfriando y las vibras canalizando a otras cosas y a otras personas.

Pero todo cambió en el momento en que aparece de nuevo, estableciendo contacto, removiendo las cenizas de lo que era, saliendo a relucir en las conversaciones. Como si nunca se hubiera ido.

Llegué a autoconvencerme de que lo mejor era no vernos más, y dejar la situación en donde está, pero me habría encantado darme la oportunidad de cerrar mi círculo.

Estoy intenseando, me siento mal, no sé que pensar, qué sentir, qué creer. Es una mezcla de hueco en el estómago con nudo en la garganta, con coraje, con miedo, con decepción, con dolor, con heridas en el ego, con ganas de morder el labio para no decir ya nada más.

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